huerto en la residencia

Nuestros residentes disfrutan del jardín de diferentes maneras. Hay quien prefiere pasear por el jardín, tomar el sol tranquilamente o a quien le gusta ocuparse de las plantas, ya sean flores o, como en este caso cuidan unas tomateras en unos espacios habilitados para facilitar estas actividades.

Huerto en la residencia
Tomateras en la residencia Loval

El establecimiento de un huerto en una residencia de ancianos puede proporcionar numerosos beneficios tanto físicos como emocionales para los residentes. A continuación, se presentan algunos de los beneficios más destacados:

  1. Terapia ocupacional: El huerto brinda a los residentes una actividad significativa y gratificante. Participar en la siembra, cuidado y cosecha de las plantas puede ayudar a mantener sus habilidades motoras y cognitivas, proporcionando una terapia ocupacional beneficiosa.

  2. Estimulación sensorial: La jardinería estimula los sentidos de los ancianos, permitiéndoles sentir la textura del suelo, oler las flores y las hierbas, ver los colores vibrantes de las plantas y escuchar los sonidos de la naturaleza. Esta estimulación sensorial puede mejorar su estado de ánimo y bienestar general.

  3. Actividad física: Trabajar en el huerto implica una serie de actividades físicas suaves, como cavar, plantar, regar y cosechar. Estas actividades promueven la movilidad, fortalecen los músculos y articulaciones, y contribuyen a mantener un estilo de vida activo y saludable.

  4. Interacción social: El huerto fomenta la interacción social entre los residentes y el personal de la residencia. Pueden trabajar juntos, intercambiar conocimientos y experiencias, y disfrutar de actividades en grupo al aire libre. Esto fortalece los lazos comunitarios y contribuye a crear un sentido de pertenencia.

  5. Reducción del estrés y mejora del estado de ánimo: La jardinería y la conexión con la naturaleza tienen un efecto calmante en muchas personas. La actividad en el huerto puede reducir los niveles de estrés, aliviar la ansiedad y mejorar el estado de ánimo de los residentes. Además, ver el crecimiento y desarrollo de las plantas proporciona una sensación de logro y satisfacción.

  6. Estimulación cognitiva: Participar en la planificación y cuidado del huerto implica tomar decisiones, resolver problemas y recordar información relevante. Esto ejercita la memoria, mejora la concentración y estimula la actividad cognitiva de los ancianos, contribuyendo así a mantener su mente activa y alerta.

En resumen, el establecimiento de un huerto en una residencia de ancianos brinda una amplia gama de beneficios físicos, emocionales y sociales. Ayuda a mantener la autonomía, mejora la calidad de vida y promueve un envejecimiento activo y saludable.

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